Lomas de Zamora, Octubre 17 de 2009
Serás lo que debas ser o no serás nada
Con esta frase el Capitán General don José de San Martín le hablo a su hija, Merceditas. Y a todos nosotros nos lego un compromiso.
El 17 de Octubre de 1945 la historia comenzaba a parir una de las etapas mas épicas del continente. El pueblo que hasta entonces se encontraba oprimido y al margen de cualquier decisión comenzaba a ser el protagonista y artífice de su propio destino.
Y entonces hubo una consigna: Hay que liberar a Perón.
Serás lo que debas ser o no serás nada
Con esta frase el Capitán General don José de San Martín le hablo a su hija, Merceditas. Y a todos nosotros nos lego un compromiso.
El 17 de Octubre de 1945 la historia comenzaba a parir una de las etapas mas épicas del continente. El pueblo que hasta entonces se encontraba oprimido y al margen de cualquier decisión comenzaba a ser el protagonista y artífice de su propio destino.
Y entonces hubo una consigna: Hay que liberar a Perón.
Las fuerzas de la oligarquía habían cometido el mayor atropello, pretender separar al pueblo de su líder. Como si para semejante cosa bastaran unos cipayos y una celda.
Desde los confines de la Patria comenzó la efervescencia, ningún trabajador se iba a quedar de brazos cruzados. Y fue allí, por Ensenada, en donde la providencia situó a la más grande. A la que por siempre iba a ser la intérprete del pueblo. Si, allí estaba Evita. Y sin dudarlo ni un segundo con la convicción que da la procedencia popular empezó a organizar la epopeya junto con los trabajadores.
El sub-suelo de la Patria se estaba manifestando avisándole al continente y al mundo que nacía el Peronismo y con él su legado.
Por eso hoy a más de medio siglo seguimos teniendo en alto las banderas, y orgullosos de nuestra Lealtad propagamos, desde nuestra razón y nuestro corazón, que no vamos a dejar en manos débiles o apartidas ese legado. Pues este pueblo sabe que no existe otra causa que no sea la de lograr la felicidad del pueblo para construir la grandeza de la nación.
Desde los confines de la Patria comenzó la efervescencia, ningún trabajador se iba a quedar de brazos cruzados. Y fue allí, por Ensenada, en donde la providencia situó a la más grande. A la que por siempre iba a ser la intérprete del pueblo. Si, allí estaba Evita. Y sin dudarlo ni un segundo con la convicción que da la procedencia popular empezó a organizar la epopeya junto con los trabajadores.
El sub-suelo de la Patria se estaba manifestando avisándole al continente y al mundo que nacía el Peronismo y con él su legado.
Por eso hoy a más de medio siglo seguimos teniendo en alto las banderas, y orgullosos de nuestra Lealtad propagamos, desde nuestra razón y nuestro corazón, que no vamos a dejar en manos débiles o apartidas ese legado. Pues este pueblo sabe que no existe otra causa que no sea la de lograr la felicidad del pueblo para construir la grandeza de la nación.
Y que por sobre todo sabemos que el Peronismo será revolucionario o no será.